miércoles, 6 de julio de 2011

Génesis capitulo 29


GÉNESIS 29:1-30


TEMA: “Jacob Sirve a Labán por Raquel y por Lea”


Introducción

Cuando Dios se manifiesta y da a conocer Su salvación, es sólo el comienzo de Su plan para transformar a la persona y empezar a moldearla a la imagen de Su Hijo, Jesucristo. Esto fue lo que Dios quiso hacer con Jacob. En este pasaje veremos la manera en la que Dios comienza ese largo proceso de transformación, en Jacob.


1. JACOB LLEGA A LA CASA DE LABÁN (v.1-14)

Luego de su encuentro con Dios, en Bet-el, Jacob continuó su viaje hacia “la tierra de los orientales” (v.1); es decir, hacia la ciudad de Harán, donde vivía la familia de Rebeca. El encuentro con Dios, y las promesas que el Señor le hizo en ese encuentro, habrían hecho el viaje menos penoso a Jacob. Estaría meditando, todo el tiempo, en el sueño que tuvo mientras caminaba hacia Harán. Ya no se sentía solo. Sabía que Dios iba con él, y eso de seguro lo habría consolado.


a. El Encuentro en el Pozo (v.2-9)

Por la providencia de Dios, Jacob llegó a “un pozo en el campo” (v.2). No era cualquier pozo; era el lugar donde la hija de Labán (Raquel) daba de beber a las ovejas de su padre. Cuando Jacob llegó, habían tres rebaños de ovejas cerca del pozo, pastando y esperando beber. Moisés pone énfasis sobre el tamaño de la piedra que tapaba el pozo (v.2b, 3b), para explicar por qué se juntaron tantas ovejas en ese lugar (v.3a; ver v.8). A pesar que los pastores eran desconocidos, Jacob los saludó cordialmente, al estilo del Medio Oriente (v.4).

Cuando Jacob descubrió que eran pastores de Harán (v.4b), preguntó por Labán (v.5-6a), y le indicaron que la doncella que iba llegando, con ovejas, era hija de Labán (v.6b). Sorprendido que se estuvieran reuniendo a esa hora para dar de beber a los animales, Jacob los anima a llevarlas a pastar un rato más (v.7). Esa sugerencia, un tanto atrevida de Jacob, dirigida a personas que no conocía, es sorprendente, si recordamos que Jacob era “varón quieto” (Gén 25:27). Al parecer, la bendición de Dios, y el encuentro con Él en Bet-el, comenzaron a transformar a este hombre.

Estaba aún hablando Jacob cuando Raquel llegó, con el rebaño de su padre (v.9). A la luz de los eventos posteriores, podemos decir que este fue uno de esos ‘encuentros’ en la Biblia, divinamente programados. Nos hace recordar el encuentro entre Moisés y las hijas de Reuel, cuando éste huía de Egipto (Éx 2:16), y el encuentro de Cristo con la mujer de Samaria (Juan 4).
b. La Bienvenida a Casa (v.10-14)

Al ver a su prima Raquel, Jacob se llenó de emoción (v.10a, 11), y se identificó (v.12a). Dos acciones de Jacob parecen sorprendentes:

i. El hecho que besara a Raquel (v.11a). Eso es sorprendente, considerando que recién se conocían, y que no habían sido formalmente presentados. La acción de Jacob habrá sorprendido a Raquel.

ii. El esfuerzo que Jacob hizo por quitar la piedra del pozo, y dar de beber a las ovejas de su tío, Labán (v.10b). El hombre, que antes había sido tranquilo y callado (Gén 25:27b), ahora se vuelve dinámico y esforzado.


NOTA: En Gén 24:19-20, Rebeca dio de beber a los camellos del siervo de Abraham.
Ahora los roles se invierten, y Jacob da agua a los animales de la hija de
Labán.


Al descubrir que Jacob era su primo, de tierras lejanas, Raquel corrió a su casa, para dar la noticia a su padre (v.12b). Labán, a su vez, “corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa” (v.13). A la luz de lo que veremos posteriormente de Labán, y de lo que ya vimos en Gén 24:30-31, se podría pensar de que esta bienvenida también tenía rasgos de ser ‘interesada’. Quizá Labán pensó que Jacob venía con ciertos bienes materiales (como lo hizo, años antes, el siervo de Abraham). ¡Grande habría sido su sorpresa se dio cuenta que Jacob venía con las manos vacías!

La otra diferencia entre Jacob y el siervo de Abraham es que mientras el siervo de Abraham quiso volver a casa lo más rápido posible (Gén 24:54-56), Jacob no tenía apuro alguno de volver a sus padres. Por eso, Jacob “estuvo con él (es decir, con Labán) durante un mes” (v.14b).


2. JACOB HACE UN TRATO CON LABAN (v.15-30)

Durante ese primer mes, dos cosas ocurrieron:

i. Labán se dio cuenta que Jacob era un buen trabajador (v.15). Según un comentarista, en la cultura del antiguo Medio Oriente, se le permitía a una persona quedar, y disfrutar de la hospitalidad de otro, por tres días. Al cuarto día, debía dar su nombre, y el asunto por el cual había llegado. Pero, si se quedaba más tiempo, tenía el deber de trabajar. Jacob cumple con esto, y luego de unos días de disfrutar la hospitalidad de su tío, le ofreció a Labán sus servicios. Ante ese ofrecimiento, Labán le pregunta, “¿me servirás de balde?” (v.15b).
Evidentemente, Jacob ya estaba trabajando en la casa de Labán, pero
sin percibir sueldo o beneficio alguno.


ii. Jacob se enamoró de Raquel (v.18). El nombre, “Raquel”, significa ‘oveja’. Es la palabra que se usa en Gén 31:38 y 32:14. Es interesante notar que es la misma palabra que se usa para describir al Señor, en Is 53:7 (“como oveja [‘rachel’] delante de sus trasquiladores”).

Si Labán se percató que Jacob era un buen trabajador, es difícil creer que no se diera cuenta también del interés que él tenía en su hija, Raquel. Es posible que Labán sugiriera establecer un trato laboral con Jacob, anticipándose a lo que iba a pasar entre Jacob y su hija. Lo que sucederá entre Jacob y Labán no sólo es muy interesante, sino que tendría muchas consecuencias en el futuro; no sólo en la historia de Jacob, sino en el desarrollo del plan de Dios para la salvación de este mundo.


a. El Acuerdo Entre Labán y Jacob (v.15-20)

Al proponer que Jacob trabaje para él, Labán permite a Jacob estipular su sueldo: “Dime cuál será tu salario” (v.15b). Antes de mencionar la respuesta de Jacob, veamos la información que Moisés nos brinda acerca de las dos hijas de Labán (v.16-17).

Lea era la mayor (v.16a). Su nombre significa ‘cansada’ (Gén 19:11) o ‘menospreciada’ (Éx 7:18). En el primer caso, el nombre apuntaría a cierta debilidad física o emocional en Lea (que generó el rechazo o menosprecio, por parte de otras personas). Moisés añade que “los ojos de Lea eran delicados” (v.17a). El contraste con la belleza de Raquel, en la siguiente línea, indica que debemos tomar la palabra, “delicados”, como indicando cierta debilidad o malformación de los ojos de Lea.

Raquel era la menor (v.16b), y la más privilegiada – física y mentalmente. Como ya hemos visto, su nombre significa, ‘oveja’. Moisés la describe como “de lindo semblante y de hermoso parecer” (v.17b).


Jacob se enamoró de Raquel (v.18a), y propone servir a Labán siete años, para casarse con ella. En el antiguo Medio Oriente, la costumbre era pagar una dote por el derecho de casarse con una doncella. Como Jacob no tenía bienes, ofreció pagar la dote con siete años de servicio al padre de Raquel.

Labán vio que era un buen ofrecimiento, y lo aceptó (v.19). De ese modo, Jacob se quedó siete años en la casa de su tío, trabajando por su amada (v.20). Tal fue el amor que Jacob tuvo para con Raquel, que el texto sagrado agrega que “le parecieron como pocos días, porque la amaba”.


b. El Engaño de Labán (v.21-25)

Al cabo de los siete años, Labán actúa como si se hubiera olvidado del acuerdo con Jacob. Por eso Jacob se lo hace recordar, y procede a pedirle la mano de Raquel (v.21).

Labán hace una fiesta de bodas, pero en vez de darle a Raquel como esposa, le da a Lea (v.22-24). Labán pudo haber tenido dos motivos principales: primero, asegurarse que su hija mayor sea desposada y nadie se burle de ella; y segundo, asegurarse de los servicios de Jacob por otros siete años.
Al día siguiente, Jacob se da cuenta del engaño de Labán (v.25). ¡Por primera vez siente lo que es ser engañado! Pero, ¿por qué no se dio cuenta la noche anterior, cuando durmió con Lea? Es posible que Labán hiciera el cambio al fin del día, y por la oscuridad, o porque Jacob había tomado demasiado, no se percató del cambio hasta el día siguiente.


[3] El Nuevo Acuerdo Entre Labán y Jacob (v.26-30)

Labán presenta su ‘excusa’, alegando un asunto cultural (v.26). Consigue lo que quiere – los servicios ‘gratis’ de Jacob, por siete años más (v.27). Al parecer, lo había calculado todo. Sin embargo, Jacob, ya conociendo mejor a Labán, se ofrece trabajar otros 7 años por Raquel, pero esta vez pide su ‘sueldo’ por adelantado, y logra casarse con ella, sólo una semana después (v.28-30).

Reflexión: ¿Cómo se habrá sentido Lea en esta situación? ¿Y Raquel?
El texto bíblico refleja la cultura machista de ese tiempo.


Conclusión

Detrás de todos los detalles de esta historia podemos distinguir la mano invisible de Dios. ¿Qué estaba haciendo? Entre otras cosas, estaba puliendo el carácter de Jacob.

¿Puedes discernir la mano de Dios en las adversidades de tu vida?
¿Cuánto ha pulido Dios tu carácter por medio de ellas?

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