lunes, 11 de julio de 2011

Génesis capitulo 32



TEMA “Jacob Lucha con el Ángel en Peniel”

Introducción

Muchos de los momentos vividos pueden haber transformado nuestras vidas para siempre. Jacob tuvo uno de esos ‘momentos’, cuando huyó de su casa y soñó con una escalera que se alcanzaba al cielo (Gén 28:10-22). El encuentro que tuvo con Dios ese día, marcó su vida para siempre; fue el inicio de la nueva vida espiritual de Jacob.

Después de muchos años, Jacob estaba retornando a casa; y fue bajo esa circunstancia que tuvo una segunda gran experiencia – el ‘momento’ en el que se encontraría con Esaú. Este patriarca estaba enfrentándose al pasado, con los mismos sentimientos que lo embargaban cuando huía de su hermano. Se sentía en la misma situación que había dejado, años atrás (Gén 27:41 – 28:9). Muchos temores antiguos volvieron, recordando la amenaza de Esaú. Bajo ese contexto fue que Jacob tuvo un segundo gran momento de su vida.

El relato es bastante misterioso. El incidente ocurrió de noche (v.22a), cuando Jacob mandó a su familia a cruzar “el vado de Jaboc” (v.22b). Jaboc es un arroyo al este del río Jordán (en la margen derecha); desemboca en el Jordán, a unos 32 kilómetros al norte del Mar Muerto. Una vez que la familia había cruzado el arroyo, Jacob retrocedió sus pasos, al parecer para tener un tiempo a solas para pensar y orar (v.24a). Fue en ese contexto que tuvo una contienda con un personaje misterioso.

1. LA IDENTIDAD DEL CONTRINCANTE

El relato bíblico indica que Jacob luchó con “un varón” (v.24). Sin embargo, el pasaje indica que este "varón" no era un ser humano. Varios detalles apuntan a esta conclusión:

i. El poder que tuvo para dislocar la cadera de Jacob (v.25).
ii. La bendición que Jacob le pidió (v.26).
iii. El nuevo nombre que le dio a Jacob (v.28).
iv. Las palabras de Jacob, en el v.30, que indican que sabía que había peleado con Dios mismo.

Estas características indican que el “varón” que luchó con Jacob fue más que un simple ángel enviado por Dios. Indudablemente fue el ‘Ángel de Jehová’; es decir, la Persona de Cristo, antes de Su encarnación . Ver Oseas 12:4.

2. LA NATURALEZA DE LA LUCHA

Al reflexionar sobre este relato, dos asuntos vienen a la mente: el carácter de la contienda, y el significado de ella. Pero antes de estudiar los detalles de la lucha, debemos notar que la contienda tuvo dos etapas:

i. El Ángel lucha con Jacob, para enseñarle a confiar en Dios (v.24-25).
ii. Jacob lucha con el Ángel, para obtener una bendición de Él (v.26-29).

a. El Carácter de la Lucha

A primera vista, la lucha parece haber sido física. El verbo en hebreo, “luchó” (v.24), es ‘abak’, que significa (literalmente) ‘mover el polvo’. Solo se usa en este relato (v.24 y 25). El cuadro que nos presenta es de dos luchadores, que al pelear levantan una polvareda. La naturaleza física de la lucha parece quedar confirmada por la manera en que el “varón” tocó la cadera de Jacob, y la dislocó (v.25, 31).

Según el v.26, la lucha duró toda la noche; o al menos, una gran parte de ella. Esto debió haber cansado mucho a Jacob, especialmente cuando consideramos que para esta fecha, Jacob ya tenía más de noventa años (ver notas sobre Gén 37:3). Sin embargo, misteriosamente, Jacob tuvo mayor fuerza que el Ángel de Jehová, porque éste no lo pudo vencer; y por eso le dislocó la cadera (v.25).

Aunque es evidente que la contienda tuvo un componente físico, el relato parece indicar que aquí había más que sólo una pelea entre dos personas, cuerpo a cuerpo. La lucha entre Jacob y el Ángel de Jehová debe ser interpretada a la luz del contexto en la cual se dio. Eso, juntamente con el cambio de nombre (v.28), y la bendición que Jacob recibió (v29), indican que esta lucha tuvo un significado más profundo, que haremos bien en explorar.

b. El Significado de la Lucha

Jacob estaba viviendo un momento crítico en su vida. Estaba por enfrentarse con Esaú, y tenía mucho temor. Aunque había orado a Dios, pidiendo Su ayuda (v.9-12), seguía confiando en parte en su propia astucia, como lo evidencian los v. 13-21. Esa noche, Jacob había hecho cruzar el arroyo a su familia, y luego se fue a un lugar solitario para meditar y orar, y derramar su corazón ante Dios.

NOTA: Jacob estaba en el mismo dilema que de vez en cuando experimentamos todos en el transcurso de nuestra vida cristiana – la lucha entre confiar en Dios, y confiar en nosotros mismos.
El contexto indica que la lucha que Jacob experimentó esa noche, además de ser una lucha física, fue una lucha espiritual. Mejor dicho, la lucha física (externa) representaba o simbolizaba una lucha espiritual (interna); una lucha entre Jacob y Dios, para determinar si finalmente Jacob iba a confiar en sí mismo, o confiar plenamente en Dios. Hasta ese momento, Jacob había confiado en sí mismo para salir de todos sus problemas; ahora, Dios usa la crisis del enfrentamiento con Esaú, para animar a Jacob a confiar en Él. De eso se trata la lucha con el “varón”, al lado del arroyo Jaboc.

En esta lucha con el Ángel de Jehová, Dios le estaba enseñando a Jacob que había una lucha mucho más importante que la de con Esaú; era la lucha con Dios mismo. Jacob tenía miedo de Esaú; Dios quería enseñarle a Jacob, que debería tener mayor miedo de Dios, que de Esaú.

3. EL RESULTADO DE LA CONTIENDA (v.25-31)

La lucha entre Jacob y el Ángel de Jehová tuvo varios resultados.

a. La Cadera de Jacob Fue Dislocada (v.25, 31-32)

Al rayar el alba, el Ángel de Jehová misteriosamente pidió a Jacob, “Déjame…” (v.25). Al parecer, ¡Jacob podía más que Él! No era porque Jacob era más fuerte que Cristo. Las palabras del Señor se deben, más bien, a la tenacidad con la cual Jacob ‘peleaba’, y su insistencia en seguir confiando en sí mismo, en vez de ‘soltar’ su autoconfianza, y aprender a confiar en Dios.

APLICACIÓN: Dios tendrá la victoria en nuestras vidas si es que nosotros dejamos nuestro ‘yo’ al gobierno de Dios. Mientras no sea así, habrá una lucha constante entre el Señor y nosotros

NOTA: Un comentarista afirma que la pelea se alargó toda la noche, no por la fuerza de Jacob, sino por la gracia del Ángel, quien lo pudo haber pulverizado en un instante.

Para ayudarlo a ver y sentir su propia debilidad humana, el Ángel del Señor disloca la cadera de Jacob (v.25). Esta acción no debe ser tomada como un castigo, sino como parte del discipulado de Jacob. Cuando lo hace, Jacob tuvo que soltar al Ángel, y dejar de pelear. Eso representa la manera en que Dios a veces tiene que ‘quebrantarnos’, para que dejemos de confiar en nosotros mismos, y aprendamos a confiar en Él.

Pero aun así, Jacob sigue insistiendo: “No te dejaré, si no me bendices” (v.26). Esto nos lleva a considerar el segundo resultado de la contienda:

b. El Nombre de Jacob Fue Cambiado (v.27-28)

Cuando el Ángel de Jehová le preguntó, “¿Cuál es tu nombre?” (v.27a), no era porque no lo conocía; sino porque quería confrontar a Jacob consigo mismo. Esto es muchas veces lo que Dios tiene que hacer con nosotros. Tiene que llevarnos a reconocer nuestras debilidades y nuestra naturaleza pecaminosa.
APLICACIÓN: Para poder avanzar y crecer en la vida espiritual, tenemos que ser suficientemente honestos, y reconocer quienes somos.

El nombre, “Jacob”, significa ‘suplantador’ (Gén 25:26; 27:36). Fue un nombre apropiado para un hombre que siempre tomaba lo que quería a la fuerza o por medio de engaños. Pero ahora recibe otro nombre: “Israel” (v.28). Este nombre significa ‘el que lucha con Dios’ (aunque en realidad había luchado también con los hombres – Esaú y Labán).

Lo extraño es que Dios dice, “y has vencido” (v.28b). ¿Por qué lo felicita por eso? Uno pensaría que la manera en que venció, tanto a Esaú como a Labán, no merecía una felicitación, por parte de Dios; menos una felicitación por haber estado peleando con Dios, hasta vencerlo. Al parecer, Dios lo estaba felicitando, por su perseverancia. La perseverancia en su lucha con Dios debe entenderse en el sentido de la oración. Jacob no estaba dispuesto a dejar de orar y clamar al Señor, hasta que Él se comprometiera a darle la victoria. Oseas 12:4 indica esto.

REFLEXIÓN: ¿Hemos aprendido a perseverar en la oración?

c. Jacob Fue Bendecido (v.26, 29)

Para Jacob, la victoria en la oración fue recibir la bendición de Dios. Jacob la pidió en el v.26, y la recibió en el v.29. El texto no indica en qué consistió la bendición. En parte, pudo haber sido su nuevo nombre; y en parte, la liberación de las manos de Esaú (de la cual leemos en Gén 33).

NOTA: Jacob indaga acerca del nombre del “varón” con quien estaba peleando (v.29a). Esta pregunta, se debió a la falta de discernimiento de Jacob. Percibiendo que era un ser sobrenatural, procuró indagar de quién se trataba. La respuesta del Ángel del Señor parece dar a entender que Jacob debió haber sabido quien era, sin tener que preguntar.

Conclusión

Deslumbrado por el encuentro con Dios, y aun más por haber sobrevivido tal encuentro, Jacob nombró el lugar “Peniel” (v.30), que significa ‘el rostro de Dios’. Habiendo visto al rostro de Dios, Jacob ahora estaba listo para ver el rostro de Esaú.

Jacob termina débil físicamente (v.31), pero más fuerte espiritualmente. Eso lo vemos en Gén 33:3a, cuando Jacob se coloca al frente de su familia, para ir al encuentro con Esaú. Ya no estaba confiando en sus estrategias humanas, sino en Dios.

REFLEXIÓN: A veces Dios tiene que ‘quebrantarnos’ para fortalecernos.

1 comentario:

  1. Señor yo quiero estar fortalecida en ti.y que mi vida sea para darte a ti la gloria.

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