lunes, 1 de agosto de 2011

EXODO CAPITULO 1



Exodo 1


v. 1 Israel se multiplica y es oprimido por un faraón que “no conocía a José”

Se inicia la narración del libro de Éxodo con una nueva mención de los nombres de los Hijos de Israel, a quienes Dios nombra estando ellos muertos físicamente, pero vivos en El Eterno. Los israelitas se multiplicaron de manera sobrenatural en Egipto pero debido a que un nuevo régimen dinástico faraónico se había levantado en la nación, fueron atribulados con la esclavitud, sin embargo, mientras más eran afligidos, más determinaba Dios bendecir a su pueblo haciéndolo crecer de manera prodigiosa y fortaleciéndolos cada día. El uso de diferentes palabras para hacer referencia de la multiplicación de los israelitas en el v. 7 (fecundos, aumentaron mucho, se multiplicaron, llegaron a ser poderosos, en gran manera y la tierra se llenó de ellos), ha sido interpretado por los sabios de Israel como revelador de que los nacimientos de ellos eran múltiples (mellizos, trillizos y hasta sextillizos), explicando así la sobrenatural multiplicación del pueblo. Vale la pena hacer notar que las Escrituras Sagradas muestran claramente que cuando hay opresión o tribulación en contra del pueblo de Dios, ésta nunca proviene del Señor, sino de su enemigo, pero a esta opresión Dios responde dando bendición y protección a su pueblo.

Es muy posible que el Faraón fuera advertido del nacimiento de un libertador para Israel y que la advertencia haya especificado la llegada del tiempo para su nacimiento; esto explicaría el porqué la determinación de asesinar a los varones que nacieran y dejar vivas a las niñas. Las parteras hebreas pudieran haber sido dos representantes de las mujeres que se dedicaban a este oficio, lo importante es resaltar que ellas eran mujeres que “temían a Dios”, el temor a Dios no es miedo o una expectación de terror, sino que es confianza en la justicia del Eterno y en su fidelidad, como lo enseña el Salmo 34 (11 a 17):

Venid, hijos, escuchadme; os enseñaré el temor del SEÑOR. ¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela. Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor. El rostro del SEÑOR está contra los que hacen mal, para cortar de la tierra su memoria.
Claman los justos, y el SEÑOR los oye, y los libra de todas sus angustias.

Así que, exponiendo sus vidas, las parteras se negaron a cumplir la orden del Faraón y por esta causa fueron bendecidas y recibieron del Creador “una casa” (traducción literal que en el contexto hebreo indica recibir “descendencia y renombre”).

Esta sería la primera de las ocasiones en que el “poder detrás del trono”, en este caso del trono del Faraón, haría el intento de exterminar al Pueblo de Dios. Faraón no fue sino un instrumento de un ser cuya mente maestra y maléfica, desde la antigüedad, ha intentando impedir la llegada del libertador de libertadores, el Mesías de Israel, mediante el exterminio del pueblo santo. Nuevos intentos fueron ejecutados por otros monarcas que al igual que el Faraón sólo fueron instrumentos del Maligno: El rey Asuero de Persia y Media, así como Herodes rey de Judea, ambos lanzaron edictos para el exterminio de los israelitas, pero El Eterno ha guardado y seguirá guardando a su pueblo.

Faraón vio un serio peligro en el nacimiento del libertador, al grado que ordenó a “su pueblo”, y esta orden incluía a los propios egipcios, matar a todo varón ahogándolo en las aguas del rio Nilo.

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